Situada en el contexto del patrimonio industrial del s. XIX de la antigua fábrica textil de Can Batlló, en Barcelona, la propuesta nace de la profunda reflexión sobre los condicionantes específicos del entorno y de inquietudes más alejadas de la disciplina pertenecientes, en un sentido amplio, al contexto cultural contemporáneo y a la pedagogía. 

La escuela es un lugar de aprendizaje y también de cohesión social, dónde la implicación entre la comunidad educativa y el barrio son fundamentales. El proyecto se concibe des de la relación de la propia escuela con su entorno inmediato. Se repiensan sus límites, sus recorridos, la vegetación que la envuelve y la naturalización radical de sus patios y espacios de aprendizaje. Se comparte con el barrio la totalidad de uno de los edificios que componen el conjunto, el Bloque 19. Así pues, esta pieza que puede funcionar totalmente independiente del centro, se entiende como futuro equipamiento cívico, cultural y deportivo fuera del horario lectivo. Se coloca también en este volumen una de las pistas deportivas requeridas en el programa, acción que permite naturalizar la mitad del patio y fusionarlo con el futuro parque.

El nuevo edificio construido contiene todo el aulario y se coloca en paralelo en el límite opuesto de la parcela. Se concibe como volumen contrapuesto al Bloque 19 existente, con una volumetría diferenciada, pero con rasgos característicos a éste para establecer una continuidad no evidente.